Techumbre de la Catedral de Teruel. Fuente
Los oficios que ejercieron las mujeres
(casadas, solteras, viudas), desde la Edad Media hasta el Siglo de Oro,
dependía de la posición social, del nivel económico, así como el espacio en el
que se desenvolvían (doméstico y/o público).
1.
Mujeres de la nobleza:
Aparte
de traer hijos al mundo, estaban a cargo de la
economía familiar*, del cuidado
y educación de los hijos, así como de vigilar a las personas que estaban bajo
su custodia. También representaban al marido ausente (que era algo muy
frecuente, por lo que tenían que gobernar y administrar los dominios bajo su cargo).
En la Corte las damas de renombre trabajan al servicio de la reina. En palacios o casas de nobles, las mujeres de familias peor posicionadas trabajan al servicio de las mejor posicionadas.
En la Corte las damas de renombre trabajan al servicio de la reina. En palacios o casas de nobles, las mujeres de familias peor posicionadas trabajan al servicio de las mejor posicionadas.
A
lo largo del siglo XVI, pero sobre todo ya en el siglo XVII, su papel quedará
reducido a los asuntos domésticos, a obras de caridad y/o al mecenazgo. Podemos casi decir que para las damas esto supuso un logro: por
fin podían dedicarse sólo y exclusivamente al ocio. Los salones de las casas se
abren para congregar a hombres y mujeres que charlarán e intercambiarán ideas e
inquietudes. Se empieza a dar los primeros pasos hacia el pensamiento intelectual que culminará en la Ilustración.
También las clases más acomodadas de la burguesía imitarán
esta actitud.
La Catedral de la Magdalena de Getafe. Fuente
2. Mujeres
comunes (grupo social medio):
Las mujeres de la urbe desempeñaron numerosos y variados oficios en las ciudades.
Hubo mujeres que tuvieron su propio negocio independiente del de su marido, ayudando a la economía familiar. En algunos casos llegaron a
alcanzar un gran poder social.
El mundo artesanal, siempre ligado a los
intercambios comerciales, fue un terreno propicio para la mujer mejor posicionada. En el caso de las casadas,
éstas se ocupaban de la economía del negocio y de la doméstica.
Las mujeres
podían trabajar en casi todos los gremios, siendo más habitual su presencia en
el mundo textil (bordadoras, hilanderas, tejedoras) o trabajaban en lugares
relacionados con la alimentación: elaboración del pan, cerveza... Asimismo
dirigían pequeños negocios y tiendas de comestibles, vendiendo frutas,
verduras, aceite, pescado, carne. También había vendedoras ambulantes de
productos agrarios.
Al operar dentro de la esfera del hogar o desde los conventos, las
mujeres eran en gran parte responsables de atender las dolencias más comunes,
tratar las enfermedades infantiles y atender a las mujeres, sobre todo, en los
partos. Pero también hubo mujeres que practicaron oficios
sanitarios de forma autorizada y otras
estuvieron al frente de una botica, por lo tanto, preparando medicamentos.
En la Edad Media no era infrecuente que la mujer ayudara en las obras de construcción (sobre todo en épocas de escasez de mano de obra masculina), realizando tareas
similares a la de los peones (auxiliares de albañiles, canteros, tapiadores, reparadoras de caminos, transportadora de agua,
haciendo mezclas...). En zonas con puerto trabajaba en las atarazanas,
descargando productos de los barcos.
Bordadora. Villafranca del Penedés, Iglesia de San Francisco
3. Campesinas, villanas:
Se dedicaban a las labores agrícolas de siembra y
recolección y al cuidado de los rebaños familiares, así como a la manufactura
para el consumo de otros. También le correspondía las labores del hogar, el
cuidado de los hijos, de los enfermos de la aldea o poblado, la asistencia a partos...
Cuando las
ciudades crecieron, las mujeres más jóvenes solían dejar el campo para ir a trabajar a la
urbe como criadas y sirvientas de mujeres de la burguesía, bien recibiendo un
salario o bien a cambio de comida y alojamiento. También servían en talleres. O
eran requeridas como nodrizas.
Las muy ricas horas del Duque de Berry. Fuente
4. Y no podemos dejar
de mencionar a las juglaresas y las actrices, de vidas errantes, que
recibían un sueldo por sus actuaciones
Mural de Juan Oliver, Museo de Navarra
Resumiendo: Las mujeres trabajaban, bien en la empresa familiar, bien en
otra comunidad social. Podían gobernar un feudo, podían estar al frente de un
negocio mercantil, de una explotación agraria o de un taller.
En los textos vigentes del siglo XIII permiten que las solteras y las
viudas tengan una mayor libertad de decisión y de actuación comercial. Será a partir del siglo XVI (con una crisis económica,
un aumento poblacional, la paulatina "profesionalidad de los ejércitos", etc.)
cuando en los gremios se empieza a apartar poco a poco a las mujeres de los
trabajos manuales (aquellos que requerían un esfuerzo físico), de la medicina,
de las boticas... Aunque pueden todavía trabajar en los talleres familiares. Ya
en el siglo XVII, en términos generales, sólo las viudas podrán hacerse cargo del
negocio de su marido.
Mujer transportando un mortero (Imagen obtenida del trabajo de Clara Fernández-Ladreda)
Artículo que escribí sobre los oficios que ejercían las mujeres en el siglo XVI y XVII.
Bibliografía:
Bibliografía:
- Asenjo González,
María: El ritmo de la comunidad: vivir en la ciudad, las artes y los oficios de
Castilla.
- Margaret Wade Labarge: La mujer en la Edad
Media.
- Narbona Cárceles, María: "Noblas Donas", las
mujeres nobles en la casa de María de Castilla, reina de Aragón.
- Valdivieso, M.ª
Isabel del: Los espacio del trabajo femenino en la Castilla del siglo XV.
- López Beltrán,
María Teresa: El trabajo de las mujeres en el mundo urbano medieval.
- Gabriel Muñoz
Bonacic: Evolución del concepto de familia y
su recepción en el ordenamiento jurídico. Tesis.
- Rodrigo-Estevan,
M. Luz: Arte y vida cotidiana en la época medieval.
- Toscano
y Germán Ancochea, María: Las mujeres en el misticismo cristiano (III)
- Vinyoles Vidal, Teresa: Respuestas de mujeres medievales ante la pobreza, la marginación y la violencia. Clio & Crimen. nº 5 (2008), pp. 72/93.
- ELPAPEL DE LA MUJER EN LA EPOCA RENACENTISTA AL NEOCLASICISMO
- José Martínez Amante: El rol de la mujer en la Edad Media. Más allá de la ficción literaria.
-
Rodríguez Gil, Magdalena. Las
posibilidades de actuación jurídico-privadas de la mujer soltera medieval