miércoles, 26 de agosto de 2020

La Peste Negra, una enfermedad que no hizo distingos religiosos


¿Los judios murieron menos durante la Peste Negra en Europa porque eran más higiénicos?



No hay datos ni fuentes, sobre todo sobre demografía, que nos indiquen que esto fue así.

En un artículo aparecido en marzo de 2020, Henry  Abramson escribió lo siguiente: 

«I’ve read all kinds of wishful thinking on this topic: Some hold that Jews dodged the plague because they were inherently cleaner (they do wash their hands sans soap before eating bread, but bathing in the 14th century was at most a weekly affair). Also, since there’s an assumed historical tradition for Jews not keeping dogs as pets, the Jewish cats kept the rats away, along with their plague-bearing fleas. These are wonderful, heartwarming theories. It’s just too bad there’s no historical evidence to support them.»

Traduzco gracias a Google:

He leído todo tipo de ilusiones sobre este tema: algunos sostienen que los judíos esquivaron la plaga porque eran inherentemente más limpios (se lavan las manos sin jabón antes de comer pan, pero bañarse en el siglo XIV era como mucho un asunto semanal). Además, dado que existe una supuesta tradición histórica de que los judíos no tengan perros como mascotas, los gatos judíos mantuvieron alejadas a las ratas, junto con sus pulgas portadoras de la plaga.
Estas son teorías maravillosas y reconfortantes. Es una lástima que no haya evidencia histórica que los respalde.
En todo caso, los judíos tendían a sufrir plagas a un ritmo mayor que la población en general, sobre todo porque estaban mucho más urbanizados que el campesinado (la plaga es parte de lo que algunos estudiosos llaman la "pena de salud urbana") y tenían una tasa mucho más alta nivel de contacto con personas potencialmente infectadas. En muchas ciudades vivían en barrios extremadamente estrechos, rodeados por restricciones de residencia, a menudo con fuentes limitadas de agua apenas potable.”

Pero veamos fuentes del propio siglo XIV:

El 26 de septiembre de 1348-1350, el papa Clemente VI emite la bula Quamvis Perfidiam, descargando de culpa a los judíos como causante de la Peste: 

«Et quamvis Iudeos eosdem, ubi culpabiles aut conscii forsan essent tanti flagitii, cui vix posset excogitari pena sufficens, digna et severa, vellemus animadversione percelli, quia tamen per diversa mundi climata, Iudeos ipsos et alias nationes plurimas, que cohabitationem Iudeorum eorundem non noverant, pestis hec ubique fere communis afflixit, occulto Dei iudicio, et affligit, et proinde verisimilitudo non recipit, quod Iudei predicti occasionem tanto flagicio prestiterint sive causam, universitati vestre per apostolica scripta mandamus, quatenus singuli vestrum, qui super hoc fueritis requisiti, in ecclesiis vestris intra missarum solempnia, cum populis inibi convenerit ad divina,… »

La traducción sería más o menos así:

Y aunque podríamos desear que estos mismos judíos fueran culpables de participar en tan gran indignación (para quienes difícilmente se podía pensar en un castigo suficiente, digno y severo) y fueran castigados con el castigo; a pesar de todo, porque en muchas y varias partes del mundo que no conocen la convivencia con estos mismos judíos, esta plaga ha afligido y afligido a la comunidad en todas partes debido al juicio secreto de Dios, por lo tanto, la prueba de que los judíos mencionados son responsables no se sostiene como explicación o causa de tan gran indignación.

Conrad de Megenberg, monje dominico, en “Buch der Natur” (1349-1350) escribe:

«Man fand in zahlreichen Brunnen mit Gift gefüllte Säckchen. Deshalb wurde eine nicht festzustellende Zahl von Juden im Rheinland, in Franken und in allen deutschen Landen ermordet. Dabei weiß ich wahrhaftig nicht, ob dies einige Juden überhaupt getan haben. Wäre dies so gewesen, so hätte dies gewiß das Unheil verschlimmert. Andererseits weiß ich aber sehr wohl, daß keine andere Stadt mehr Juden zählte als Wien. Dort waren aber unter den Juden die der Seuche erliegenden Opfer so zahlreich, daß sie ihren Friedhof in großem Umfang erweitern und zwei Grundstücke kaufen mußten. Sie wären also recht dumm gewesen, sich selbst zu vergiften.»


Traducción:

En numerosos pozos se encontraron sacos llenos de veneno. Por lo tanto, un número indeterminado de judíos fue asesinado en Renania, Franconia y en todas las tierras alemanas. Realmente no sé si algunos judíos hicieron esto en absoluto. Si este hubiera sido el caso, sin duda habría empeorado el desastre. Por otro lado, sé muy bien que ninguna otra ciudad tenía más judíos que Viena. Allí, sin embargo, las víctimas de la plaga entre los judíos eran tan numerosas que tuvieron que ampliar su cementerio a gran escala y comprar dos terrenos. De modo que habría sido muy tonto envenenarse

 
Enlace obtenido aquí



Para terminar, Pilar León Tello en “La historia de los judíos toledanos del siglo XIV en los documentos”, escribe:

 «A mediados de siglo la judería toledana sufrió una desgracia generalizada con motivo de la llamada peste negra, una de las mayores epidemias del medioevo. De origen asiático y traída a Italia, según se cree, por unos malineros genoveses, se propagó rápidamente por Europa ocasionando la pérdida de un tercio aproximadamente de la población.
[…]
Concretamente en Toledo contamos con una fuente excepcional para su estudio: las inscripciones funerarias del cementerio hebreo, que nos revelan los nombres de los principales judíos que perdieron sus vidas entre el verano de 1349 y el otoño del año siguiente. De las 76 lápidas de que consta la colección epigráfica, una treintena está datada en esas fechas, y hacen referencia a que fue la peste la enfermedad que los llevó al sepulcro. Casi todas estas tumbas pertenecían a familias judías de apellidos ilustres, como los ha-Levi Abulafia, los Ben Aser, los Sosan o Abenxuxen, etc., y por consiguiente, hay que admitir que habría muchas más bajas entre la gente humilde, que no tendrían medios ni interés en perpetuar sus nombres con inscripciones.»

Bibliografía:


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