El pasado mes de julio
escuché en el programa La radio tiene ojos, en RNE, a Ángeles Caso: La mirada de...
La periodista fue invitada
para comentar el cuadro de Isabel de Valois (tercera esposa de Felipe II),
pintado por Sofonisba Anguissola.
Y Caso habló sobre la corte de
Felipe II y sobre la indumentaria femenina de aquellos años.
Para mi sorpresa describió
una corte española sobria (visión que desde hace tiempo ya está superada), habló de
un Felipe oscuro (fomentando el mito negrolegendario que hay sobre su figura) y dio una imagen de la mujer de la corte bien alejada de la realidad de aquella época.
He aquí algunas de sus
afirmaciones:
1. Sobre la corte de Felipe II: «…y, en el caso
español, además, muchas veces, no siempre, pero muchas veces acompañada de una
sobriedad característica por otra parte de la segunda mitad del reinado del
Felipe II…»
2. Sobre Isabel de Valois: «…la ropa que ella estaba
acostumbrada a llevar en la corte francesa, que era una corte refinada y
alegre, y donde las mujeres se vestían con colores […] ya como reina de España,
aunque tiene 15 o 16, va vestida de negro»…»
3. Sobre Felipe II: «…Se transforma en ese rey oscuro,
triste, sombrío que conocemos...»
4. Sobre Ana de Austria: «...ya no exhibe nada, es pura
negrura [....], pero, pero ya no lleva ningún signo de ni de lujo, ni siquiera
de alegría, y se corresponde muy bien con esa etapa final de la corte final
Felipe II.»
5. Sobre la indumentaria y la mujer: «Tremendo, y
además era una indumentaria que les hacía sufrir muchísimo, noo, ellas debajo
de eso llevaban un corsé, que se había inventado en la corte española, eh, que
a veces era de cartón, pero a veces era incluso de madera aplastándoles
completamente el pecho, y que se puso de moda entre la aristocracia y la
realeza de toda Europea, y rabiando desde España. Era ya el máximo esfuerzo de
robarle a la mujer su condición corporal, va tapada de la cabeza a los pies [....],
hasta el cuello, es decir, solo se le ve la cara y las manos [....]. No hay ni
una gota de su cuerpo, ni un centímetro de piel que quede expuesto, salvo,
salvo esto, noo, eh, y además es un cuerpo efectivamente apresado, no, bajo,
bajo, la ropa, bajo el corsé, y, y reconvertido, ya no es el cuerpo de una
mujer, es un cuerpo que no tiene pecho, que no tiene caderas, porque con estas
faldas que llevan y todos los aparatos
metálicos que llevan debajo de las faldas…»
6. Otra vez sobre Isabel de Valois: «…que venía de una
corte no sólo muy refinada, sino muy divertida. La corte de Francia ya entonces
estaba llena bailes, de juegos, de cacerías, de fiestas para las damas, de
música, y llega a esta corte de Madrid, que era ya mucho más sobria, aun así se
volvió mucho más después de su muerte...»
7. Sobre las mujeres: «lleva una miniatura [....] no
son nada por sí mismas. Son algo en función del marido, del padre, del hermano,
junto al cual existen. Son las sombras de un hombre, noo... […] tuvo que
renunciar a muchas cosas [....] al entregarla en la frontera tuvo que separarse
de sus damas, que eran sus amigas desde pequeña, y que ya no la podían
acompañar en España, noo, y bueno, tenía que ser muy difícil la vida de una de
estas princesas, y luego reinas, que eran utilizadas como peones de ajedrez por
parte de las dinastías, noo, eran las piezas de intercambio…»
Por supuesto, la corte de
Felipe II ni fue ni austera ni sobria.
Había música, bailes, juegos, cacerías, fiestas para las damas...
El rey vistió con otros colores.
Y las mujeres no eran las sombras de un hombre.
Había música, bailes, juegos, cacerías, fiestas para las damas...
El rey vistió con otros colores.
Y las mujeres no eran las sombras de un hombre.
El uso del color negro ya estaba de moda a
finales del siglo XIV en la corte borgoñona como signo de poder. Baltasar Castiglione, en su obra El cortesano (1534), escribe:
«Me parece que tiene más gracia y autoridad el vestido negro que el de otra colora y ya que no ser negro, sea a lo menos oscuro».
Y así solían vestir, sobre todo en momentos de gran solemnidad.
Incluso ese color lo usó Carlos V.
«Me parece que tiene más gracia y autoridad el vestido negro que el de otra colora y ya que no ser negro, sea a lo menos oscuro».
Y así solían vestir, sobre todo en momentos de gran solemnidad.
Incluso ese color lo usó Carlos V.
Pero con el descubrimiento del palo de Campeche, que teñía la ropa de un negro espectacular, este color, que recibió en nombre de “ala de cuervo”, se puso de rabiosa actualidad. Sobre ese negro las joyas relucían mucho más.
El resto de Europa imitará esta moda hasta las primeras décadas del siglo XVII.
Isabel de Valois vestirá, después de casarse, a "la española". Por tanto utilizará el color "ala de cuervo" para algunas de las prendas. Pero eso no significa que fuera siempre de negro.
En la corte española
se estilaban prendas italianas y francesas. Las influencias en la moda entre estos
tres países eran normales y lógicas por aquellos años.
Tanto hombres como mujeres podían cambiarse de ropa dos
veces al día, según las circunstancias: eventos, recepciones, fiestas, etc.
Las sayas enteras que aparecen en los retratos de
corte eran vestidos de extremado lujo, que sólo se lucían para determinados
eventos y, como es lógico, para ser retratadas y así pasar a la posteridad.
En el día a día o en eventos menos formales, llevaban cuerpos bajos, con o sin gorgueras, conjuntado con basquiñas. Por supuesto, no llevaban cartónes de pecho (que no corsés, cuyo origen se desconoce y que aparecen en las primeras décadas del siglo XVI) ni verdugados.
En el día a día o en eventos menos formales, llevaban cuerpos bajos, con o sin gorgueras, conjuntado con basquiñas. Por supuesto, no llevaban cartónes de pecho (que no corsés, cuyo origen se desconoce y que aparecen en las primeras décadas del siglo XVI) ni verdugados.
La mujer de la "Dama del armiño", de Sofonisba Anguissola, va con un cuerpo bajo:
Ana
de Austria, como Isabel de Valois, no sólo vistió de negro. Retrato de 1571:
En cuanto al papel de la mujer, como ya he dicho, nunca será la de ser las sombras de un hombre. Serán mujeres poderosas.
Como escribe Franco Rubio:
«...actuaron
como auténticas maestras en el arte de la negociación, de la mediación política;
que supieron moverse con habilidad en el entorno cortesano buscando el
necesario equilibrio entre las distintas facciones, siempre en beneficio del
rey, y que utilizaron todos los instrumentos a su alcance -propagandísticos,
simbólicos y religiosos- para convertir a la dinastía en el principal referente
político de la época.»
Y para finalizar, Felipe II permitió
que las damas francesas permanecieran a lado de Isabel de Valois en España.
Bibliografía:
- Gloria Franco Rubio: Valedoras del linaje y guardianas de la dinastía: las mujeres de la Casa de Austria en el siglo XVI.
- Idoia Trueba: La hispanización de Isabel de Valois a través del vestido.
- Ruth de la Puerta: Las leyes suntuarias y la restricción del lujo en el vestir.
- Carmen Sanz Ayán: Ocio en la corte de Felipe II.
- Felipe II y los orígenes del teatro barroco, Carmen Sanz Ayán.
- Teresa Ferrer Valls: Las fiestas públicas en la monarquía de Felipe II y Felipe III.
- Juan de Alcega: Libro de Geometría, práctica, y traça. 1580. Hay patrón de basquiña y cuerpo bajo de seda.
- Felipe II y las artes. Fundación Juan March.
- Teresa Ferrer Valls: De los medios para mejorar estado. Fiestas, literatura y sociedad cortesana en tiempos de El Quijote.
- Hugo O’Donnell: Felipe II E Isabel de Valois, un matrimonio político del que nació el amor, probado en la felicidad y en la desgracia.
- Varios autores: Fiestas nupciales en el Madrid de Felipe II.
- Cristóbal Marín Tovar: El Real Sitio de Aranjuez como escenario de la fiesta cortesana durante el reinado de Fernando VI y Bárbara de Braganza.
- Ciriaco Pérez Bustamante: Felipe III, semblanza de un monarca y perfiles de una privanza.
- María José Rodriguéz Salgado: “Una perfecta princesa”: casa y vida de la reina Isabel de Valois (1559-1568).
- Margarita García Barranco: La casa de la reina en tiempos de Isabel de Valois.
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