miércoles, 12 de junio de 2019

El JABÓN, medicina doméstica.

Imagen obtenida aquí

La gente de la Edad Media estuvo preocupada por su aspecto. 

La calvicie, las canas, el vello, el envejecimiento, la blancura de los dientes... y los olores corporales serán los problemas que más van a combatir.

El jabón se usará para el cuidado de la piel, es decir, por motivos de salud.

Según algunos estudios, el jabón en pastilla ya se hacía en Alepo (Siria) hace más o menos unos 2000 años, mediante la saponificación de aceite de oliva y cenizas de laurel. 

Antes se habían usado emulsiones jabonosas líquidas que han perdurado hasta hace bien poco. La mayoría de estos jabones se elaboraban a partir de sebo de animal y lejía de ceniza. Las cenizas se obtenían de aquellas plantas que proporcionaban sales alcalinas fuertes como hidróxido de sodio o de potasio (sosa natural, soda).

Hay datos de que en el siglo VII se fabricaba jabones en Italia, España y Francia. Los lugares donde se fabricaban estaban junto a tenerías (donde se curtía la piel) y tintorerías (para el lavado de hilos y tejidos).


Una planta muy utilizada para hacer jabón, en este caso, sin sosa natural, fue la Saponaria sp. Era la llamada hierba de los bataneros. Esta crecía en las riberas de los ríos. La raíz de la planta se ponía en remojo, se hervía y el líquido se utilizaba para lavar tanto telas como el cuerpo.

En el siglo X, en "El Libro del Eparca", se menciona la presencia de vendedores de jabón.

Será en el siglo XI cuando se empiece a utilizar el aceite de oliva, extendiéndose por todo el Mediterráneo: en Francia aparecerá el Jabón de Marsella y en España el Jabón de CastillaEn las ciudades costeras se usaba las cenizas de plantas halófitas de ambientes salinos (Salicornia sp.).

Y será alrededor del siglo XV cuando se puede decir que ya hay una verdadera industria jabonera. 

El Jabón de Castilla: tenía un color blanco-amarillento, era compacto pero de aspecto cremoso. Producía espuma. Nutría e hidrataba la piel.

Pero lo habitual era usar jabones hechos en casa. El saber popular transmitirá de generación en generación las recetas para su fabricación. La sustancia podía ser sólida o en polvo que se mezclaba con agua. En el siglo XV hay recetarios  donde, entre otras cosas, se habla de la fabricación de jabones para la colada, así como jabones para las manos, rostro y cabeza, que podían estar perfumados.

"Tres cuarterones de jabón rallado, dos hieles de vaca, una escudilla de miel, otra escudilla de lejía, dos maravedís de cominos rústicos, dos de azafrán romí, dos de oropimente, dos de jengibre de dorar, dos de alarguez: todas estas cosas molidas, y juntas con el jabón y lejía en un barrenón, y muy batido todo junto. Y puesto a donde le dé el sol y el sereno dejarlo estar hasta que se pare tieso, teniendo cuidado de batirlo cada día. Y desque esté tieso, mojada la mano en lejía, hacerlo torticas y tornarlas al sol, y dejarlas hasta que se paren tiesas. Y como estén tiesas guardarlas y lavarse con ellas."

La producción de jabón daba importantes rentas (jabonerías o almonas). Será un oficio desempeñado tanto por hombres como por mujeres (jaboneras), no sólo en la Edad Media también en siglos posteriores. En las ciudades medievales había ordenanzas para regular cómo se hacía y cómo se debía comercializar este producto. También se vigilaba la calidad del mismo. Estos llevaban sus correspondientes marcas. 

La fabricación de jabón era un privilegio real. En un decreto de 1456, se dice:

«ninguna persona no sea osaba de hacer cenizas ni mazacotes para labrar en dicho jabón, no los vender, salvo los dichos arrendadores e fieles e corredores, o quien su poder obiere, e de su licencia e consentimiento tuvieren. ..»

En los baños públicos se vendían lociones jabonosas, aunque lo normal era que el usuario lo comprara en el mercado (había mercadillos semanales donde también se vendían) o trajera el suyo hecho en casa.

El jabón líquido se vendía por azumbres.

En el reino de Granada, tras su toma, siguieron funcionando las almonas, y se dio libertad a los vecinos para que pudieran hacer jabón en sus casas.

Las almonas de Sevilla fueron famosas internacionalmente a finales del siglo XV por la calidad de sus materiales.

En el siglo XVI había un importante mercado de jabón, vinculados al comercio y el consumo, a cargo de los señoríos, que llegaban a arrendar las jabonerías. Se sabe de mujeres de la nobleza local que se dedicaban a la importación de aceite sevillano para abastecer, por ejemplo, la jabonería de Murcia.

Covarrubias, en Tesoro de la lengua castellana o española (1611), escribe sobre el jabón:


 

Bibliografía:
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  • Edward Bailey, Alton: Aceites y grasas industriales. Editorial Reverté, S.A.
  • Eslava Galán, Juan: Moros, cristianos y castillos en el alto Guadalquivir Cómo vivían, cómo luchaban, cómo comían, cómo amaban. Proyecto Natural de Jaén. 2012.
  • García, Esther: La industria jabonera de Cartagena en los siglos XVI AL XVIII. Panta Rei (1997).
  • González Domínguez, José y Espinar Moreno, Manuel: El agua en los escritos y opiniones de Avicena.
  • Madrid y Medina, Ángela: Valdepeñas en la época de los Reyes Católicos: la ciudad.
  • Martínez de Toledo, Alonso: El corbacho.
  • Martínez, M.: La cultura del aceite en Murcia (ss. XIII-XV), Universidad de Murcia, 1995
  • Minárikova, Andrea: Saponificación: Etnobotánica española: jabón de Castilla,
  • Ortego Agustín, Mª Á: Discursos y prácticas sobre el cuerpo y la higiene. Cuadernos de Historia Moderna. Anejos. 2009.
  • Segura Graiño, Cristina: El concejo de Almería. Organización y bienes en su fundación (siglo XV). La España Medieval, 10. 1987.
  • Soares de Carvalho Mendes, Maria Adélia: Tesoro de los proves atribuido a Pedro Hispano. Versao em judeu-castelhano aljamiado (séc. XV). Mediaevalia 15/16. 1999.
  • Cabré i Pairet, Montserrat: Los consejos para hermosear (“libros” I-III)  en el Regalo de la Vida Humana. de Juan Vallés.
  • Val Valdivieso, M.ª Isabel del: Los espacios del trabajo femenino en la Castilla del siglo XV.
  • Vasiliev, A. A.: Historia deI Imperio Bizantino.
Y recomiendo mi entrada sobre la Higiene en la Edad Media hasta el siglo XVII