La silla inquisitorial, la silla de las brujas o la silla de interrogatorio:
Otro instrumento adjudicado a la Inquisición española es la silla con clavos. Por supuesto, es un bulo. Y los ejemplares que se ven en los parques temáticos de la tortura son creaciones de la segunda mitad del siglo XX.
Vuelvo a recordar que la Inquisición SOLO usaba el potro, la toca y la garrucha.
Este instrumento se cita por primera vez en el libro de Carl Lempens «Geschichte der Hexen und Hexenprozesse», de finales del siglo XIX, pero que fue publicado en el 2013. En él no hay fuentes y ni datos de ningún tipo que autentifiquen la existencia de la silla.
Más o menos la traducción del alemán de uno de los párrafos sería así:
La sospechosa fue colocada en la silla, completamente desnuda, sobre las espinas, y luego atada alrededor del cuello, ninguno y las piernas, para que no pudiera mover un miembro. También había un rodillo pesado, también denso con púas...
Sobre su autor no se sabe casi
nada (si a alguien le interesa indagar le recomiendo la obra de Wolff
Thyroweski «Von und über König Friedrich II. von Preußen PHILOSOPHIE UND REGENTENPFLICHTEN:
Marginalien aus dem Jenseits zum Gesellschaftsvertrag».
Julius David Ichenhäusen también lo cita en un catálogo titulado «Illustrated catalogue of
the original collection of instruments of torture from the Royal Castle of
Nuremberg: amongst which will be found the original Iron Maiden (Eiserne
Jungfrau), lent for exhibition by the Right Honourable the Earl of Shrewsbury
and Talbot» (1893).
En 1983 se publica «Catalog of the exhibition of torture instruments, 1400-1800: in the Casermetta di Forte Belvedere, Florence, from May 14 to mid-September, 1983-84», escrito por varios autores, donde tampoco aparecen fuentes. Es posible que utilizaran la obra de Ichenhäusen como fuente.
En 1985 Robert Held y Marcello Bertoni lo publican en castellano: «Inquisición. Instrumentos de tortura desde la edad media a la época industrial».
Es interesante la tesis doctoral de María Amparo Mateo Donet, «Summa supplicia. Escenarios, formas y acciones de la muerte en los martirios cristianos (I-IV d.C.)» (2014) donde cita la existencia de una silla para abrasar a los condenados en la Antigua Roma.
«Otro mecanismo corriente fue la cathedra o τήγανον, una silla formada por una lámina donde se abrasaba al condenado. Aparece empleada como instrumento de tortura en el relato de martirio de la madre con los siete hijos y en otras referencias de autores de forma general.»
Por último recomiendo el artículo de Myriobiblon sobre la Inquisición.