lunes, 22 de enero de 2018

La mujer y los oficios:

Techumbre de la Catedral de Teruel. Fuente

Los oficios que ejercieron las mujeres (casadas, solteras, viudas), desde la Edad Media hasta el Siglo de Oro, dependía de la posición social, del nivel económico, así como el espacio en el que se desenvolvían (doméstico y/o  público).

1. Mujeres de la nobleza:
Aparte de traer hijos al mundo, estaban a cargo de la economía familiar*, del cuidado y educación de los hijos, así como de vigilar a las personas que estaban bajo su custodia. También representaban al marido ausente (que era algo muy frecuente, por lo que tenían que gobernar y administrar los dominios bajo su cargo). 
En la Corte las damas de renombre trabajan al servicio de la reina. En palacios o casas de nobles, las mujeres de familias peor posicionadas trabajan al servicio de las mejor posicionadas.
A lo largo del siglo XVI, pero sobre todo ya en el siglo XVII, su papel quedará reducido a los asuntos domésticos, a obras de caridad y/o al mecenazgo. Podemos casi decir que para las damas esto supuso un logro: por fin podían dedicarse sólo y exclusivamente al ocio. Los salones de las casas se abren para congregar a hombres y mujeres que charlarán e intercambiarán ideas e inquietudes. Se empieza a dar los primeros pasos hacia el pensamiento intelectual que culminará en la Ilustración.
También las clases más acomodadas de la burguesía imitarán esta actitud.  

La Catedral de la Magdalena de Getafe. Fuente

2. Mujeres comunes (grupo social medio):
Las mujeres de la urbe desempeñaron numerosos y variados oficios en las ciudades. Hubo mujeres que tuvieron su propio negocio independiente del de su marido, ayudando a la economía familiar. En algunos casos llegaron a alcanzar un gran poder social.
El mundo artesanal, siempre ligado a los intercambios comerciales, fue un terreno propicio para la mujer mejor posicionada. En el caso de las casadas, éstas se ocupaban de la economía del negocio y de la doméstica. 
Las mujeres podían trabajar en casi todos los gremios, siendo más habitual su presencia en el mundo textil (bordadoras, hilanderas, tejedoras) o trabajaban en lugares relacionados con la alimentación: elaboración del pan, cerveza... Asimismo dirigían pequeños negocios y tiendas de comestibles, vendiendo frutas, verduras, aceite, pescado, carne. También había vendedoras ambulantes de productos agrarios.
Al operar dentro de la esfera del hogar o desde los conventos, las mujeres eran en gran parte responsables de atender las dolencias más comunes, tratar las enfermedades infantiles y atender a las mujeres, sobre todo, en los partos. Pero también hubo mujeres que practicaron oficios sanitarios de forma autorizada y otras estuvieron al frente de una botica, por lo tanto, preparando medicamentos.

En la Edad Media no era infrecuente que la mujer ayudara en las obras de construcción (sobre todo en épocas de escasez de mano de obra masculina), realizando tareas similares a la de los peones (auxiliares de albañiles, canteros, tapiadores, reparadoras de caminos, transportadora de agua, haciendo mezclas...). En zonas con puerto trabajaba en las atarazanas, descargando productos de los barcos.

Bordadora. Villafranca del Penedés, Iglesia de San Francisco

3. Campesinas, villanas
Se dedicaban a las labores agrícolas de siembra y recolección y al cuidado de los rebaños familiares, así como a la manufactura para el consumo de otros. También le correspondía las labores del hogar, el cuidado de los hijos, de los enfermos de la aldea o poblado, la asistencia a partos...
Cuando las ciudades crecieron, las mujeres más jóvenes solían dejar el campo para ir a trabajar a la urbe como criadas y sirvientas de mujeres de la burguesía, bien recibiendo un salario o bien a cambio de comida y alojamiento. También servían en talleres. O eran requeridas como nodrizas.

 Las muy ricas horas del Duque de Berry. Fuente

4. Y no podemos dejar de mencionar a las juglaresas y las actrices, de vidas errantes, que recibían  un sueldo por sus actuaciones

 Mural de Juan Oliver, Museo de Navarra 

Resumiendo: Las mujeres trabajaban, bien en la empresa familiar, bien en otra comunidad social. Podían gobernar un feudo, podían estar al frente de un negocio mercantil, de una explotación agraria o de un taller. 
En los textos vigentes del siglo XIII permiten que las solteras y las viudas tengan una mayor libertad de decisión y de actuación comercial. Será a partir del siglo XVI (con una crisis económica, un aumento poblacional, la paulatina "profesionalidad de los ejércitos", etc.) cuando en los gremios se empieza a apartar poco a poco a las mujeres de los trabajos manuales (aquellos que requerían un esfuerzo físico), de la medicina, de las boticas... Aunque pueden todavía trabajar en los talleres familiares. Ya en el siglo XVII, en términos generales, sólo las viudas podrán hacerse cargo del negocio de su marido.

Mujer transportando un mortero (Imagen obtenida del trabajo de Clara Fernández-Ladreda)


*Recordemos que es lo que se entendía por familia en la Edad Media.

Artículo que escribí sobre los oficios que ejercían las mujeres en el siglo XVI y XVII.

Bibliografía:
  • Asenjo González, María: El ritmo de la comunidad: vivir en la ciudad, las artes y los oficios de Castilla.
  • Margaret Wade Labarge: La mujer en la Edad Media.
  • Narbona Cárceles, María: "Noblas Donas", las mujeres nobles en la casa de María de Castilla, reina de Aragón.
  • Valdivieso, M.ª Isabel del: Los espacio del trabajo femenino en la Castilla del siglo XV.
  • López Beltrán, María Teresa: El trabajo de las mujeres en el mundo urbano medieval.
  • Gabriel Muñoz Bonacic: Evolución del concepto de familia y  su recepción en el ordenamiento jurídico. Tesis.
  • Rodrigo-Estevan, M. Luz: Arte y vida cotidiana en la época medieval.
  • Toscano y Germán Ancochea, María: Las mujeres en el misticismo cristiano (III)
  • Vinyoles Vidal, Teresa: Respuestas de mujeres medievales ante la pobreza, la marginación y la violencia. Clio & Crimen. nº 5 (2008), pp. 72/93.
  • ELPAPEL DE LA MUJER EN LA EPOCA RENACENTISTA AL NEOCLASICISMO 
  • José Martínez Amante: El rol de la mujer en la Edad Media. Más allá de la ficción literaria.
  • Rodríguez Gil, Magdalena. Las posibilidades de actuación jurídico-privadas de la mujer soltera medieval

miércoles, 3 de enero de 2018

La adoración de los Reyes Magos de Vasco Fernandes

¿Un cuarto rey mago en el cuadro de Vasco Fernandes?
NO.

A la hora de interpretar obras de arte hay que tener en cuenta la época, la simbología religiosa y, por supuesto, la indumentaria.

Los personajes que aparecen en el cuadro de Vasco Fernandes son: la Virgen, San José y los tradicionales tres Reyes Magos. Pero hay quien ha interpretado que el pintor añadió un cuarto rey con rasgos amazónicos. Y sí, hay un rey mago que representa al cuarto contiene, pero el personaje que aparece cogiendo (o dando) una copa de las manos de María es, simplemente, San José.

Desde la segunda mitad del siglo XV a San José se le da mayor protagonismo. Queda más a la vista del espectador, pero siempre en un segundo plano y más o menos detrás de la Virgen. En algunas ocasiones aparece, como ya he comentado en el anterior párrafo, tomando uno de los regalos. En cambio a los Reyes Magos se les colocaba más o menos en un lateral de la composición artística, estando el rey Melchor delante arrodillado, adorando al Niño Jesús.

En cuanto a la indumentaria, a los reyes se les viste con ropajes lujosos y ricamente adornados, mientras que a San José siempre se le viste con prendas humildes. 
En este caso va con un capuz, sobretodo muy de moda por aquellos años tanto en España como en Portugal. Debajo lleva una túnica blanca. La túnica era la prenda con la que se representaba a la mayoría de los personajes de la Biblia.

1501-1506. Vasco Fernandes, Museo de Grão Vasco, Viseu (imagen obtenida aquí)